Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. (Nahúm 1:5)
Dios tiene el control de todas las cosas, aunque el mundo y los que viven en él parecen dirigir y controlar el destino de las cosas, allá arriba hay alguien que tiene el control de todas las cosas y por si fuera poco, ya de antemano todo lo que sucede esta predestinado por Él. Así que mira a tu alrededor y pregúntate ¿Qué propósito tiene Dios con esto que ahora sucede? ¿Qué parte tengo yo en esto? Nahúm se preguntó lo mismo y lo preguntó a Dios también y tomo su parte en ser obediente a la Palabra que Dios le dio y la proclamó. (Ver Nahúm).
Confía en lo que Dios dice, el no miente, todas sus promesas son justas y son eternas, permanecen para siempre; las personas que no conocen a Dios, las que han rechazado a Jesús, ellas son las que serán conmovidas, ellas temblaran al ver el mundo desmoronarse, pero nosotros tenemos esta confianza (dicha por medio de Nahúm también):
El Señor es Bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. (Nahúm 1:7)
Sal a las calles, habla con tus vecinos, regala folletos, no te detengas en ser obediente y compartir su Palabra, porque hoy más que nunca el mundo necesita escuchar de la esperanza que hay en Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.